El cabo de Buena Esperanza (en portugués, Cabo da Boa Esperança; en afrikáans, Kaap die Goeie Hoop; en inglés, Cape of Good Hope) es un cabo localizado en el extremo sur de Africa. El primer europeo en avistarlo fue el navegante portugués Bartolomé Díaz en el año 1488. Se suele considerar, erróneamente, que en este punto se unen el océano Atlántico y el Índico, lo cual no ocurre sino en el cabo Agulhas, que se encuentra más al sur.
El cabo es el centro de una región floral de gran riqueza de flora endémica y el más pequeño pero más rico de los dominios biológicos de flora del continente africano, con una notable representación de arbustos llamados fynbos, con dos variedades, y casi 1100 plantas, de las cuales muchas sólo crecen en este territorio.
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